21/03/2024
Día Mundial de la Poesía
11/06/2022
ʻComentarʼ no significa ʻdecirʼ ni ʻcontarʼ
Hace tiempo que quiero hablaros acerca del verbo comentar. No sé a vosotros, pero a mí la gente cada día me comenta más cosas a todas horas, ya sea por escrito o de palabra. Os pongo unos ejemplos incorrectos:
*Cuando recibas el paquete me lo comentas; *Me comentó que se iba de viaje; *Se comenta que ella ganará el concurso; *Me ha comentado que el camino continúa a la derecha; *Me comentó su preocupación sobre el asunto; *Comentarte que ya he publicado mi libro.
Estas son algunas opciones válidas:
Cuando recibas el paquete me avisas; Me dijo que se iba de viaje; Se rumorea que ella ganará el concurso; Me ha indicado que el camino continúa a la derecha; Me manifestó su preocupación sobre el asunto; Quiero contarte que ya he publicado mi libro.
Es bastante habitual que comentar se use con un sentido que no le corresponde. Comentar no es sinónimo de decir, contar, afirmar, informar, señalar, indicar, manifestar, declarar, rumorear, etc. A menudo observo que a muchos les parece finolis, culto o elegante y lo usan aunque no venga a cuento. Como diría el filólogo y escritor Luis Magrinyà, «pertenece al club de los verbos finos» y se dice o escribe como por contagio.
En el último ejemplo que os muestro (*Comentarte que ya he publicado mi libro) podéis ver que también se usa como infinitivo introductor, no admisible gramaticalmente. El infinitivo en español no debe usarse como verbo principal de una oración, es decir, de forma independiente al inicio de una frase. Los infinitivos forman parte de perífrasis verbales o de oraciones subordinadas (que dependen de la oración principal). En la entrada de este blog titulada «Infinitivo introductor o ʻtarzanismoʼ» encontraréis más información sobre este infinitivo.
Comentar significa explicar un escrito, interpretarlo o criticarlo para que pueda comprenderse y valorarse más fácilmente: La maestra ha comentado un poema que no entendíamos; Comentaremos la novela después de leer unos párrafos. También significa ʻhacer comentarios (juicios, consideraciones) sobre algoʼ (DLE): El público salía de la sala comentando el documental; En la reunión se comentará el proyecto para ejecutarlo en julio. Sin embargo, no es correcto decir *El director comentó que el proyecto se aprobará en mayo. Lo adecuado es dijo, indicó, afirmó o informó.
En el Diccionario de uso del español de María Moliner consta que comentar «se usa a veces con los significados de ʻcontarʼ y ʻdecirʼ». Qué maja doña María cuando dice «a veces». Aunque hay que tener en cuenta que ella publicó su diccionario en la década de los años sesenta del siglo pasado. No llegó a conocer la forma en la que se ha generalizado este verbo con el sentido de ʻdecirʼ.
23/06/2018
Entrevista sobre el oficio de correctora de textos
Antes de todo, muchísimas gracias por aceptar concedernos la entrevista. Dudamos mucho que ser correctora formara parte de tus sueños de infancia, ya que la mayor parte de los niños le tiene repelús a la gramática. ¿Cómo llegaste a ser correctora? Cuéntanos un poco tu trayectoria.
Manuela. De niña me encantaba leer y escribir, aunque entonces no sabía que existían los correctores de textos profesionales. Disfrutaba con los dictados, las redacciones y las clases de literatura. Siempre me ha apasionado la lengua y sus laberintos y la he estudiado de forma autodidacta. En 2002 me apunté a mi primer taller literario. Como se me daba bien la ortografía y la gramática, mis compañeros y amigos me pedían que revisara sus escritos. Poco a poco, mi afición a las letras fue dando paso a mi oficio de correctora. Me formé en corrección y redacción, fui reuniendo los diccionarios y manuales que necesitaba para estudiar y ejercer el oficio, hice bastantes prácticas en una revista, creé el blog y después empecé a trabajar corrigiendo textos. Y sigo estudiando nuestra lengua, porque está viva y debemos actualizarnos. Nunca se deja de aprender.
Manuela. Depende del tipo de corrección que le encarguen, de las propias necesidades del texto y de lo que haya pactado con el cliente. Esto hay que tenerlo claro desde el principio, ya que los límites pueden ser dudosos. En la corrección de estilo, el corrector siempre ha de respetar, en la medida de lo posible, la voz del autor y no debe modificar el contenido del texto sin su consentimiento. Nunca corregirá imponiendo su gusto, sino que velará por la aplicación adecuada de las convenciones y usos generales del idioma con correcciones necesarias y justificables, teniendo en cuenta el género del texto y el lector al que va destinado. Puede ofrecer alternativas al autor, para que el texto resulte más comprensible o elegante, con propuestas, no con correcciones directas, a no ser que cuente con el consentimiento del autor. El corrector ha de mejorar el texto hasta los límites que se hayan acordado o hasta donde sea razonable en cada momento, pero no modificar lo que es correcto o adecuado si no hay una razón para hacerlo. Si el texto en cuestión tiene problemas importantes generalizados en su redacción o en la disposición de sus contenidos, ya no se trataría de un trabajo de corrección, sino de reescritura, o incluso de coautoría. Esta tarea puede llevarla a cabo el corrector si se la encargan y si se dan las circunstancias para asumirla, comenzando por la propia capacidad del corrector; por eso debe estar bien definida para evitar malentendidos.
Las viñetas de esta entrada pertenecen a mi admirado Forges.
14/03/2018
El prefijo ‘super-’ y la palabra ‘súper’ (actualización)
Super- es un prefijo que se escribe unido al término al que acompaña y sin tilde (los prefijos nunca llevan tilde). Según el Diccionario de la lengua española (DLE), significa ‘encima de’, ‘preeminencia’ o ‘excelencia’, ‘en grado sumo’ o ‘exceso’.
Este prefijo tan majo no entiende por qué lo maltratan quienes lo escriben separado de la palabra a la que antecede, o le colocan una tilde o un guion, pues él se porta bien y sigue las mismas normas que otros prefijos:
1. Se escribe unido a la palabra a la que acompaña si la base es univerbal, es decir, si está formada por una palabra: superfemenino, superavanzado, supermujer, superordenador, superrápido, superbién, superlisto, superinteresante.
2. Se escribe separado del término al que afecta si la base es pluriverbal, esto es, si está constituida por varias palabras con un significado unitario: super a gusto, super en forma, super de moda, super primera dama.
3. Solo se escribe con guion cuando aparece junto a una palabra que empieza con mayúscula o si antecede a una sigla o a una cifra; por ejemplo: super-Lobezno, super-FBI, super-8. Recordad que, en general, nuestro sistema ortográfico tiende a rechazar las letras mayúsculas dentro de una palabra; por eso usamos el guion.
4. Si agregamos el prefijo super- a un nombre propio para formar un nuevo nombre, debemos escribirlo unido y con mayúscula inicial: Superlópez, ya que la mayúscula del nombre pasa al prefijo.
5. Cuando en una palabra se repite el prefijo super- o se une a otro prefijo, estos van soldados entre sí y a la palabra a la que anteceden: supersuperfeliz, supersuperatractivo, superhipermegasede.
Si lo añadimos a una palabra que empieza con erre, se mantienen las dos erres: superrápido. Y si lo unimos a un monosílabo que no lleva tilde, como bien, obtendremos una palabra aguda que termina en ene; por lo tanto, debe llevar tilde: superbién (*súper bien es incorrecto).
Más difícil todavía: cuando escribimos el prefijo super- unido a un extranjerismo crudo (palabra de otro idioma que no está adaptada al español) cuya base es univerbal, ¿cuál es la escritura adecuada? En la RAE han resuelto que lo correcto es escribirlo junto y en cursiva; por ejemplo, superwonderbra (nombre común), supercool, superheavy. Los prefijos que acompañan a los extranjerismos no cambian la forma de estos, así que debemos escribir en cursiva toda la palabra. Si escribimos Wonderbra con mayúscula inicial, que es el nombre propio de la marca, debemos usar el guion: super-Wonderbra.
Cada lengua tiene sus propias reglas ortográficas y es imposible que puedan aplicarse todas en nuestro idioma. Es decir, no podemos emplear un extranjerismo francés con un prefijo español y aplicar las reglas francesas para la prefijación; lo mismo ocurre si usamos un extranjerismo inglés, italiano, portugués, alemán, etc. Como podemos ver en el ejemplo de la Academia, cualquier prefijo español puede anteponerse a un extranjerismo, aunque la palabra resultante no coincida con la de la lengua original. Por tanto, para que resulte más sencillo y se mantenga la coherencia, la prefijación en español debe ajustarse a nuestras normas ortográficas.#RAEconsultas Prefijo + extranjerismo = palabra sin guion y en cursiva: «superheavy», «antidumping», «minipizza», «terabyte».— RAE (@RAEinforma) 2 de junio de 2016
Súper, con tilde, no es un prefijo, sino una palabra independiente:
1. Equivale a supermercado; es su acortamiento coloquial: Hay bastantes ofertas en el súper de enfrente; Los súper de mi ciudad son algo caros.
2. Es el nombre de un tipo de gasolina: La súper ha subido este mes.
3. También puede ser un adjetivo que, de manera coloquial, significa ‘estupendo, magnífico o superior’: Es un amigo súper.
4. O un adverbio que significa ‘muy bien, estupendamente’: Lo pasé súper con Marta.
Acabo con la célebre frase de Superratón, uno de los dibujos animados de mi infancia: «Adiós, amigos, y no olviden supervitaminarse y mineralizarse».
04/12/2017
Mayúsculas y minúsculas en documentos administrativos y jurídicos
Para analizar el uso de las mayúsculas y las minúsculas en algunos de los términos más empleados en el campo jurídico-administrativo, partiré de que este uso es uno de los temas más complejos en el ámbito de la ortografía. Las normas de las mayúsculas y las minúsculas en español están sujetas a tantas variantes posibles que en muchos casos no existe un único criterio válido para establecer la frontera entre la mayúscula y la minúscula en palabras dentro del mismo contexto.
A continuación se citan unos cuantos términos que son genéricos y específicos al mismo tiempo. Así pues, el asunto se complica cuando se tienen argumentos para escribir de los dos modos estas palabras. En casos concretos, debe dejarse clara la diferenciación para poder distinguir entre una clase de palabras y otra, como los nombres propios y los comunes. Para facilitar su lectura, es necesario que estos textos guarden coherencia en este aspecto ortográfico y se unifiquen criterios en cada documento.
Derecho
- Minúscula. Si se usa para referirse a ámbitos del derecho en general: el derecho laboral, el derecho internacional, el derecho mercantil, el derecho de asilo, el derecho de pernada. Está muy extendido el uso de las mayúsculas iniciales en la expresión los derechos humanos, pero es un sustantivo común que debe escribirse con minúscula inicial.
- Mayúscula. Cuando nos referimos a asignaturas, materias de estudio, cátedras, facultades, etc., generalmente en contextos académicos o curriculares: Soy licenciado en Derecho; Estudio Derecho Francés. Cuando forma parte del nombre de un departamento, una facultad, un organismo, un documento oficial o histórico, etc.: la Facultad de Derecho, la Asociación Española de Derecho de la Propiedad Intelectual, la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Justicia
- Minúscula. Si se usa de modo genérico: la justicia penal, la justicia militar, la justicia distributiva, la justicia poética, administrar justicia, pedir justicia.
- Mayúscula. Cuando forma parte del nombre propio de una institución judicial: la Administración de Justicia, el Ministerio de Justicia, el Tribunal Europeo de Justicia. Cuando es la forma abreviada de nombrar al Ministerio de Justicia o a la institución judicial: Justicia e Interior trabajan juntos; La Justicia española solicitó la extradición del traficante.
Tribunal, juzgado, audiencia
- Minúscula. Si se usa de forma genérica: Tengo que acudir al tribunal médico; El juzgado es aquel edificio; Las audiencias provinciales son tribunales de justicia. Cuando no forma parte del nombre propio de una institución: el tribunal de casación, el tribunal colegiado, el tribunal de honor, el juzgado de paz, el juzgado de provincia, el juzgado de guardia.
- Mayúscula. Cuando forma parte del nombre propio de un organismo concreto o de su sede: el Tribunal de Cuentas, el Tribunal Tutelar de Menores, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, el Juzgado de Primera Instancia, el Juzgado de Instrucción n.º 6 de Valladolid, el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo, la Audiencia Nacional, la Audiencia Provincial de Salamanca. Si se menciona de forma abreviada a la Audiencia Nacional: La jueza de la Audiencia instruyó el caso por terrorismo.
Corte
En algunos países de América llaman Corte a lo que en España se denomina Tribunal; por lo tanto, seguirá las mismas normas que Tribunal: la Corte Suprema.
Ministerio
- Minúscula. Cuando se emplea como un nombre común y no se refiere a una institución: Hablaremos cuando salga del ministerio. También es un nombre común si nos referimos a un cargo, empleo, oficio u ocupación: el ministerio sacerdotal, o al tiempo que dura el ejercicio de ministro: Durante su ministerio descendió el número de parados. En denominaciones completas y específicas de dos o más organismos: Los ministerios de Hacienda y Economía estudian la viabilidad de las pensiones. Si no se tiene la seguridad de cuál es su denominación específica: Los ministerios de defensa de los cinco países llegaron a un nuevo acuerdo.
- Mayúscula. Cuando se refiere al nombre de un departamento o área de un Gobierno: el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, el Ministerio de Interior.
Organismos públicos, instituciones, sociedades, asociaciones, departamentos
- Minúscula. Cuando no forma parte del nombre propio de una entidad, sino que se usa de modo genérico: Trabajo en el departamento de ventas; Soy socia de la organización Médicos Sin Fronteras; La asociación de correctores UniCo trabaja para dar a conocer la profesión. En algunos países de América, departamento equivale a 'provincia': el departamento de Putumayo (Colombia).
- Mayúscula. En todas las palabras importantes que forman parte de los nombres oficiales de entidades, secciones administrativas, organismos, instituciones, divisiones territoriales, establecimientos, organizaciones, asociaciones, etc.: el Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, la Asociación Española de Traductores, Correctores e Intérpretes, la Sociedad Peruana de Cardiología, la Diputación Provincial de León, la Administración General del Estado, el Centro Nacional de Inteligencia, el Instituto de Geología de México, la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, la Agencia Española de Protección de Datos, la Juventud Vanguardista Costarricense, la Organización Mundial de la Salud.
Órganos de una sociedad: Consejo de Administración, Asamblea General, Junta General
- Minúscula. Si se utiliza de modo genérico para designar una reunión o evento: El consejo de administración en la sociedad actual; Se celebró una asamblea general de accionistas; Se reunieron en una junta general.
- Mayúscula. Cuando se refiere a un órgano de gobierno colectivo de una entidad pública o privada o se emplea como un nombre propio que no admite otra denominación: La decisión final recae en el Consejo de Administración de la empresa; La Asamblea General de la Universidad de Salamanca; El presidente de la Junta General dio un discurso.
Nombres de títulos y cargos
- Minúscula. Por razones de solemnidad y respeto, en muchos contextos del lenguaje jurídico, administrativo y empresarial sigue manteniéndose la mayúscula inicial en los nombres de cargos o títulos de cierta relevancia, sobre todo en los encabezamientos y pies de firma de las cartas y comunicados. Sin embargo, son nombres comunes que deben escribirse con minúscula inicial, vayan solos o acompañando al nombre al que se refieren: presidente del Gobierno, jefe del Estado, ministra, delegado, director, rectora, secretario general, diputada, senador, consejera, concejal, jueza, magistrado, alcalde, notario.
- Mayúscula. Es obligatoria en las abreviaturas de los títulos o cargos: D./Dña. o D.ª (don/doña); Sr./Sra., también, Sr.ª o S.ª (señor/señora); Pdte./Pdta. (presidente/a); S.ª (señoría); Ilmo./Ilma. (ilustrísimo/a), Mtro./Mtra. (ministro/a). No debe olvidarse el punto abreviativo, la marca que señala que falta parte de la palabra.
Leyes, códigos, decretos, tratados, convenciones, órdenes, declaraciones
- Mayúscula. En todos los elementos significativos del título (sustantivos, adjetivos y verbos): la Ley para la Ordenación General del Sistema Educativo, el Código Civil, el Real Decreto 122/1999, el Tratado de Maastricht, la Convención de Ginebra, la Real Orden, la Declaración Universal de los Derechos del Niño.
Cuando la descripción que conforma el título de la ley es demasiado extensa, solo se escribe en mayúscula el primer elemento: Ley 14/2017, de 6 de octubre, por el que se aprueba la reactivación extraordinaria y por tiempo limitado del programa de recualificación profesional de las personas que agoten su protección por desempleo. En este caso, en el que se prescinde de las mayúsculas en todas las palabras representativas, suelen usarse las comillas o la cursiva para delimitar la extensión del título.
Términos que se escriben enteramente en mayúsculas
Las mayúsculas aplicadas a todas las letras de una palabra o expresión también sirven para destacar o subrayar elementos dentro de un documento. Estas mayúsculas facilitan la lectura de los textos informativos cortos. Suelen verse en estos casos:
- Los verbos que expresan finalidad o introducen las partes esenciales de un documento, como certifica, expone, solicita, considerando, desestimamos, etc. El texto que sigue a estos verbos se escribe en línea aparte:
Que mediante este escrito le sea aceptada y tramitada su renuncia al cargo de concejala.
- Los números ordinales que ordenan los antecedentes o los fundamentos:
PRIMERO.- La parte dispositiva de la resolución…
SEGUNDO.- Contra la anterior resolución…
TERCERO.- En la tramitación del juicio…
- Los términos en los que se cita breve y repetidamente a las partes intervinientes en un documento:
D. Álvaro López Sanz, en adelante, el DEMANDANTE…
- En textos informativos, las oraciones que manifiestan el contenido principal del escrito:
- Términos como aviso, nota, advertencia, etc., cuando introducen un texto de forma autónoma:
Conviene destacar que existe la falsa creencia de que la tilde no es obligatoria en las mayúsculas. Excepto en el caso de las siglas, que nunca se tildan, las mayúsculas llevan tilde siempre que la palabra lo requiera, conforme a las normas generales de acentuación.
Bibliografía
Ortografía de la lengua española (Espasa, 2010).
Diccionario de la lengua española en línea.
Libro de estilo de la Justicia, de la Real Academia Española (Espasa, 2017).
Diccionario de uso de las mayúsculas y minúsculas, de José Martínez de Sousa (Trea, 2010).
Mi agradecimiento a Diego Ibáñez Rivera por su generosidad y maestría en la exhaustiva revisión de este artículo.
26/03/2017
Corrección de poesía
En el número diez de la revista Deleátur (clicar para leer el artículo completo; página 44), de la Unión de Correctores (UniCo), se ha publicado mi artículo sobre la corrección de poesía. Desde aquí doy las gracias a la revista y a quienes colaboraron conmigo: Eduardo Fraile, Belén Artuñedo, Mar Sancho y Julio F. Alcalá. También agradezco a Rosa Iglesias y Diego Ibáñez, estupendos compañeros de profesión, que revisaran el artículo.
¿Cómo se enfoca la corrección de poesía?
Corregir poesía no es cosa de atrevidos o insensatos. Los correctores de este género literario no somos espíritus elementales ni tenemos el alma en pena vagando por las esquinas del idioma. Para corregirla bien solo hay que saber interpretar las imágenes efectistas que el poeta proyecta en su texto. Tampoco creo que sea fundamental saber escribir poesía para corregirla, pero sí conviene haberse empapado de ella leyendo a los grandes y a los que no lo son tanto.
La poesía empezó a importarme cuando era muy pequeña y mi interés por ella fue creciendo conmigo. Cuando empecé a corregir de forma profesional, en 2009, contaba con un bagaje lector de obras poéticas bastante amplio. Tuve la suerte de estrenarme corrigiendo el poemario de una autora con un buen manejo de los recursos poéticos. Me inicié en este campo porque me lo pidieron, así que la corrección de poesía me buscó a mí, no yo a ella.
Algunos dicen que corregir poesía es difícil, pero quizá sea exagerado. Desde mi punto de vista, no lo es más que abordar cualquier otro tipo de texto literario. Corregir bien, en general, sabemos que no es tarea fácil. La dificultad que puede suponer trabajar con textos poéticos se salva con pasión y respeto hacia el género. Si a un corrector le apasiona la poesía, tendrá más posibilidades de enfrentarse a su labor con éxito. No es imprescindible tener una sensibilidad fuera de lo normal ni entablar una relación sentimental con el poema; pero, en mi opinión, sí se tiene que estar dotado de cierta sensibilidad para corregirlo bien. Hay que estar muy atento a la música, a la métrica y al ritmo, aunque, de distinta forma, esto último también es preciso en la corrección de la prosa poética y la narrativa.
La poesía no es un género tan minoritario como se empeñan en decirnos; sin embargo, muchos optan por autopublicarse, ya que las editoriales solo suelen apostar por autores consagrados. Es frecuente que los poemarios de autores noveles necesiten una corrección más profunda, que exige tener mucho cuidado para no pasarse con el maquillaje. Corrijo, sobre todo, las faltas de ortografía, las conjugaciones verbales incorrectas, las faltas de concordancia, el mal uso y el abuso de los posesivos, la falta o el exceso de los signos de puntuación, las comas criminales y la mayusculitis. Llamo la atención sobre los problemas de construcción del poema, como el uso de metáforas incoherentes o figuras retóricas mal empleadas, y cualquier mínimo cambio de estilo que efectúo se lo marco al autor con un comentario para asegurarme de que expresa la intención con que ha sido escrito. Hay poetas con un vocabulario muy rico y claro; otros son más rígidos y afectados y menos comprensibles. Por supuesto, siempre hay que respetar el estilo del autor, aunque puede darse el caso de que ese estilo sea casi inexistente y que la corrección corra el riesgo de acabar convirtiéndose en otra cosa.
Cuando alguna editorial me ha encargado la corrección de un poemario, ha sido de un autor con más experiencia. Entonces es cuando se nota el oficio del poeta; por eso hay que tocarlo muy poco. Lo normal es que estos textos solo necesiten una corrección ortotipográfica: dobles espacios, alguna coma que sobra o falta, comillas o cursivas claramente impropias, tildes que se resisten a eliminar, mayúsculas o minúsculas incorrectas y alguna errata. No puedo hablar de obras traducidas porque no he corregido ninguna hasta ahora.
No existen manuales específicos para corregir poesía. Hay que seguir las normas de la RAE, pero adaptarse al poema: el contexto siempre manda. El buen poeta explora y crea lenguaje. Si sabe hacerlo bien, habrá que tocarlo poco, salvo algún despiste. Por ejemplo, si el poeta ha escrito un verbo que no admite un uso intransitivo, un adjetivo desconcertante o una preposición que parece no encajar, casi seguro que no se trata de un error, sino de un juego malabar dentro de esa exploración de los límites del lenguaje. Aunque la poesía es el género literario que más licencias permite, también debe cumplir un objetivo, y no todo vale. El sentido común también es necesario para corregir poesía.
El maestro José Martínez de Sousa, en su manual Ortografía y ortotipografía del español actual, nos ofrece una información valiosa en cuanto a la correcta disposición de los párrafos, los versos, las firmas y los títulos de los poemas. Si bien los aspectos de estilo se aprenden leyendo poesía de diferentes autores y editoriales; cuanta más, mejor. En fin, soy consciente de que voy a decir una obviedad, pero a corregir poesía se aprende corrigiendo poesía.
Tal vez no haya un gran número de correctores profesionales especializados en este campo porque no abunda el trabajo ni suele pagarse de manera especial. Esto no quiere decir que se editen pocos poemarios, sino que no se corrigen muchos. Este tipo de textos exige un contacto casi permanente con el autor, algo que supone un tiempo extra de trabajo, que no suele considerarse a la hora de cobrar. Sin embargo, quienes amamos la poesía preferimos trabajar con este género literario a pesar de todo.
27/10/2016
18/05/2016
Modas del lenguaje: ‘y es que’
Es el caso de y es que, una locución muy utilizada en el lenguaje coloquial. Si aguzáis un poco el oído podréis comprobar que, sobre todo en la radio y la televisión, la usan muchas veces de forma inadecuada.
El giro (y) es que sirve para expresar una justificación, un pretexto o una contrariedad: No acudiré a la fiesta… Es que estoy cansada; ¿Me das un abrazo? Es que hace tiempo que no te veo. También para especificar algo a lo que nos hemos referido antes: Tienes una virtud, y es que eres paciente; Voy a darte una buena noticia, y es que encontré trabajo.
www.elmundo.es, 19 de abril de 2016
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*El sábado helará, y es que bajarán las temperaturas;*Debería hacer más ejercicio, y es que me sobran unos kilos; *Su libro ha sido un éxito de ventas, y es que está muy bien escrito.
La Fundéu nos recomienda varias alternativas de la expresión y es que con valor causal, como porque, ya que, debido a que o la razón es que.
Estas son algunas opciones correctas de los ejemplos anteriores:
Todos podemos equivocarnos en el uso del lenguaje. Sin embargo, si os dejáis guiar por las modas lingüísticas, algo que a veces es inevitable porque se pegan con facilidad, aseguraos antes de que no estáis maltratando nuestro idioma.
Existen bastantes expresiones, muletillas conocidas por todos cuyo uso abusivo resulta cansino, que merecen otra entrada. Así pues, las dejo para otra ocasión. Algunas son estas: de alguna manera/de algún modo; en cualquier caso; en este sentido; entre comillas; a nivel de; la verdad es que/lo cierto es que; lo que es (y sus variantes); como muy, y mucho.
24/12/2014
Infinitivo introductor o ʻtarzanismoʼ
A este infinitivo lo han bautizado de diversas formas: infinitivo introductorio o introductor, de generalización, de cierre, enunciativo, radiofónico, fático, infinitivo como verbo principal o «tarzanismo». El nombre que más me gusta es este último. No es normativo, claro, pero es el más simpático. Este divertido término es una acertada invención del filólogo riojano Rubén Pérez Negueruela.
El infinitivo radiofónico se utiliza como verbo principal de una oración, sin que se apoye en ningún otro verbo conjugado. Por ejemplo:
Recorte de http://elminuto7.com, 26 de agosto de 2014 |
En los ejemplos anteriores se está elidiendo el verbo principal; por eso son oraciones incompletas, gramaticalmente incorrectas. El infinitivo nunca debe usarse como verbo principal de una oración.
Según el maestro Leonardo Gómez Torrego, este uso del infinitivo «resulta brusco y poco cortés». No puedo estar más de acuerdo con él.
Estas son algunas opciones correctas:
No hay que confundir el infinitivo fático con el infinitivo nominal, que es correcto y realiza la función de nombre en una oración: El caminar del gato me resulta elegante; Este continuo sufrir es insoportable.
También es correcto el infinitivo verbal: Llegar a un acuerdo con ella solucionaría el problema; Decir que el caballo tiene cuatro patas es una obviedad.
En general, quienes echan mano del «tarzanismo» dicen que lo hacen por economía del lenguaje y porque prefieren elaborar un discurso impersonal o de generalización. Sin embargo, creo que muchos lo emplean por puro desconocimiento, siguiendo, como digo, una moda lingüística más.
Huid, pues, de este empleo tan desafortunado del infinitivo, que empobrece la lengua y denota un gran descuido en el buen uso de nuestro idioma.
22/06/2014
¿Salís a correr o hacéis ‘running’?
¿A cuántos de vosotros os gusta echar una carrera con frecuencia? ¿Podéis correr al aire libre en algún parque cercano?
Da la impresión de que muchas personas tienen reparos a la hora de usar el verbo correr. Creo que se sale a pasear, a caminar o a correr, depende de las preferencias o la salud de cada cual. ¿Dónde está el inconveniente?
Antaño se hacía footing, término que es un falso anglicismo (palabra o giro inglés), pero que fue muy popular. Desde hace un tiempo, muchos corredores no corren ni se echan una carrera, sea un encuentro deportivo o no, sino que los runners hacen running. Puede que crean que haciendo running van más rápido, así que alguien debe decirles que no: usar estos términos ingleses no garantiza una buena carrera, oigan. Que running, además, vaya acompañado del verbo hacer, cuyo uso no se censura, pero evita que se empleen otros verbos más precisos en determinados contextos, tampoco embellece esta expresión.
Magazine Fuera de Serie, El Mundo, 15 de junio de 2014 |
Veíamos en la entrada «Extranjerismos innecesarios» que ningún idioma es totalmente puro; todas las lenguas han tomado prestado algo de otras lenguas. Sin embargo, parece que la gente se avergüenza de usar su propio idioma o pretende ser muy moderna; por eso emplean tantos anglicismos, sobre todo. Hacer running es esnob (término admitido, del inglés snob), se mire como se mire. Lo absurdo es que se empleen anglicismos crudos (palabras o expresiones en inglés que no han sido adaptadas a nuestro idioma) en los casos en que se dispone de un término exacto en español. A veces, incluso hay más de uno. Nuestro idioma es rico y variado, ahí está la gracia.
07/04/2014
Uso correcto del verbo ‘tildar’
La Real Academia dice que tildar, entre otros significados, es ‘señalar a alguien con alguna nota denigrativa’; por lo tanto, este verbo no puede emplearse en sentido positivo o neutro, sino que debe usarse para ‘atribuir a alguien una característica negativa’. Puesto que se tilda a personas, no debemos usarlo para cosas. El verbo tachar, que significa ‘atribuir a algo o a alguien cierta falta’, es el apropiado para emplearlo con las cosas.
Error de El Mundo, 6 de abril de 2014 |
En esta oración del periódico El Mundo, el adjetivo extraordinaria tiene un sentido positivo, así que no puede tacharse ni tildarse de extraordinaria su propuesta. Debió usarse un verbo como calificar: «Su propuesta, acogida por Harvard y calificada de “extraordinaria” por el Gobierno de EE. UU.»; o considerar: «Su propuesta, acogida por Harvard y considerada “extraordinaria” por el Gobierno de EE. UU.».
También hay que tener en cuenta, como señala el Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española (Espasa), de Manuel Seco, que el verbo tildar se construye con la preposición de, no con el adverbio como. Es decir, se tilda de algo a alguien, no se tilda como algo a alguien. Ejemplos: Me tildó de egoísta y mentiroso (correcto); *Me tildó como egoísta y mentiroso (incorrecto).
Tildemos, pues, solo cuando queramos calificar negativamente a alguien, y tachemos cuando vayamos a poner alguna falta a alguien o algo.
Si queréis, podéis tildarme de machacona, que lo soy.
11/02/2014
Tilde diacrítica: ‘sí’ y ‘si’
Veamos cómo distinguir sí de si para colocar o no la tilde.
Sí se escribe con tilde en estos casos:
1. Cuando es un pronombre personal reflexivo de tercera persona (indica que el sujeto realiza una acción sobre sí mismo): Enseguida volvió en sí; Irene no da más de sí; Solo se hace daño a sí mismo. Fijaos en que a este pronombre siempre lo acompaña una preposición: de sí, para sí, en sí, a sí/ por sí (mismo).
2. Cuando es un sustantivo (nombre) masculino y significa 'aprobación o asentimiento': El sí de las niñas; Los votantes le dieron el sí; Todos esperaban el sí de los novios.
3. Cuando es un adverbio de afirmación: Te dije que sí lo haría; Sí, sí, has entendido bien; Dime que sí. En todos estos casos, sí es tónico, es decir, tiene relieve en la pronunciación. Su plural es síes.
Error de El Mundo, 26 de enero de 2014 |
Si se escribe sin tilde en estos otros casos:
1. Cuando es una conjunción. Introduce una oración y se usa con distintos valores:
Si lo deseas, te llamo; Pregúntale si terminó el trabajo; ¡Si pudiera ir al viaje!; Si seré inocente...; Haré como si no lo hubiera oído. Este si es átono, esto es, no tiene relieve en la pronunciación.
2. Cuando es el nombre de la nota musical si. Su plural es sis.
Las expresiones dar de sí, estar fuera de sí, no caber en sí, volver en sí, etc., deben variar dependiendo de la persona gramatical a la que se refieran.
● Si uno está hablando en primera persona, lo correcto es decir Yo volví en mí; No doy más de mí; Yo estaba fuera de mí; Yo no cabía en mí. Si es en plural: Estábamos fuera de nosotros. Aunque el Diccionario panhispánico de dudas señala esto: «No obstante, ha de tenerse en cuenta que el uso de estas locuciones no se da con normalidad en las personas de plural».
● En segunda persona: Tú volviste en ti; No das más de ti; Estabas fuera de ti; No cabías en ti. Recordad que los pronombres mí y sí se escriben con tilde, pero el pronombre personal ti no lleva tilde. No tenemos que diferenciarlo de otro monosílabo igual porque no existe.
● En tercera persona: Él volvió en sí; Ella no da más de sí; Él estaba fuera de sí; Ella no cabía en sí.
Si creéis que está bien explicado este tema, por favor, decidme que sí. Gracias.
16/01/2014
‘En primera persona’ no es lo mismo que ‘en persona’
No hay que confundir en persona con en primera persona.
En persona es una locución adverbial que significa 'por uno mismo o estando presente' (DRAE). El Diccionario fraseológico documentado del español actual, de Manuel Seco, Olimpia Andrés y Gabino Ramos (Aguilar), la define así: 'realmente o directamente, no por representación o mediación de alguien o algo'.
La primera persona se refiere a la persona gramatical que emplea un narrador en su relato. Veamos lo que dice el DRAE (los paréntesis son míos):
• primera persona. Gram. La que designa, en el discurso, a quien habla (yo, nosotros/as).
• segunda persona. Gram. Aquella a quien se dirige el discurso (tú, vos, usted, vosotros/as, ustedes).
• tercera persona. Gram. La que designa, en el discurso, lo que no es ni primera ni segunda persona (él, ella, ello, ellos/as).
Magazine Fuera de Serie (El Mundo), 12 de enero de 2014 |
En narrativa se usa la primera persona cuando un personaje cuenta una historia, real o ficticia, refiriéndose a sí mismo, ya sea en singular o en plural. Es lo que se suele llamar «la voz del relato». Junto con el tiempo verbal que se va a emplear en el texto, escribir en primera persona, en segunda o en tercera es una de las decisiones más importantes que un escritor debe tomar para que la historia tenga credibilidad y enganche al lector.
«Nunca se sabrá cómo hay que contar esto, si en primera persona o en segunda, usando la tercera del plural o inventando continuamente formas que no servirán de nada. Si se pudiera decir: yo vieron subir la luna, o: nos me duele el fondo de los ojos, y sobre todo así: tú la mujer rubia eran las nubes que siguen corriendo delante de mis tus sus nuestros vuestros sus rostros. Qué diablos».
Julio Cortázar. «Las babas del diablo», del libro de cuentos Las armas secretas (1959).
Universidad Camilo José Cela. Para el Día Internacional de las Personas con Discapacidad (3 de diciembre). |
Cuando algo afecta a uno mismo o tiene un contacto personal, es obvio que uno lo vive o lo hace por sí mismo o estando presente; esto es, en persona, no en primera persona. Si nos toca vivir algo, necesariamente debe ser en persona. Por tanto, dejemos la primera persona para los textos narrativos y vivamos la vida loca, como dice la canción. Aunque en estos tiempos habrá que vivirla como nos dejen.
21/12/2013
Plurales dudosos (D-E)
En aquellas palabras que permanecen invariables en plural, he incluido el artículo para indicaros cuál es su género.
singular / plural
estándar / estándares. Del inglés standard.
05/09/2013
La coma que aísla interjecciones y vocativos
Magazine de El Mundo, 1 de septiembre de 2013 |
Hay que señalar que aunque en la lengua oral no se haga una pausa corta entre el vocativo y el resto el enunciado, la coma sigue siendo obligatoria.
Agradecimiento de REPSOL. El Mundo, 8 de septiembre de 2013 |
La coma del vocativo es fundamental para que nos entiendan correctamente. No es lo mismo decir Roberto conduce bien que Roberto, conduce bien. En la primera oración estamos diciendo que Roberto es un hombre que conduce bien. Roberto es el sujeto. En cambio, en la segunda le estamos pidiendo a Roberto que conduzca bien; por lo tanto, aquí Roberto funciona como vocativo: lo nombramos, llamamos su atención para pedirle que conduzca bien.
10/06/2013
La lengua de signos española y las personas sordas
El Mundo, 9 de junio de 2013 |
El Mundo, 9 de junio de 2013 |
Un dato interesante es que el aprendizaje de la lengua oral empieza antes de nacer, porque el feto ya es sensible al sonido. Así pues, oír una lengua durante un largo período es fundamental para luego poder utilizarla.
Tuve dos excelentes profesores de lengua de signos española, de quienes aprendí mucho más que su bella lengua: Amparo Zancajo Antón y Carlos José Ruiz Méndez, coautores de un libro imprescindible de investigaciones sobre la lengua de signos española y la comunidad sorda: La negación en la lengua de signos española (Fundación CNSE, 2005. Con prólogo de Ignacio Bosque Muñoz, catedrático de la Universidad Complutense y miembro de la RAE).
Desde aquí también os doy las gracias, maestros.