27/11/2011

Extranjerismos innecesarios

Ningún idioma es totalmente puro; todas las lenguas han tomado prestado algo de otras lenguas. Estos préstamos son extranjerismos, palabras o expresiones de origen extranjero que se usan en una lengua determinada. 

Muchas palabras de origen extranjero están aceptadas por la RAE porque su grafía ha sido hispanizada, es decir, se han adaptado a nuestro idioma. Son los llamados extranjerismos adaptados. Se trata de préstamos que, por ser palabras totalmente integradas en la lengua, siguen las normas generales de acentuación.

Las palabras que tomamos de otras lenguas, y que no han sido adaptadas, se conocen como extranjerismos crudos. Estos conservan su pronunciación y escritura original, y deben ir destacados en cursiva (o entre comillas si no es posible usar la cursiva) para dejar claro que no son términos de la lengua española, por lo que no están sujetos a las normas del español.

Algunos extranjerismos son necesarios: se emplean porque no existe un término apropiado en español que sirva para traducirlos. Es el caso de jazz, blues, rugby, cricket, pizza, mezzosoprano, etcétera.

Otros son totalmente innecesarios porque tenemos un término específico en español para referirnos a ellos; por ejemplo: antidoping por antidopaje; soundtrack por banda sonora; show por espectáculo, gala, función, exhibición o número; look por aspecto, imagen, apariencia o aire; email por correo electrónico; link por enlace; business class por clase preferente; online por en línea, conectado, digital o electrónico; decalaje por desajuste; parking por aparcamiento, estacionamiento o garaje. Aunque la RAE, en el Diccionario panhispánico de dudas, acepta la adaptación parquin (plural párquines), prefiere que se usen las palabras españolas por ser términos equivalentes.

El Mundo, noviembre de 2011

Nuestro idioma recibe muchos extranjerismos que provienen de diferentes idiomas, sobre todo del inglés. Algunos hace mucho tiempo que los hemos adaptado; por eso nos suenan tan nuestros. Otros, como campin, son adaptaciones recientes.

Os muestro algunos casos específicos de extranjerismos adaptados:

Arabismos, del árabe: zaguán, almohada, acequia, ojalá.
Italianismos, del italiano: novela, escopeta, acuarela, arlequín.
Germanismos, del alemán: guerra, cuarzo, vals, brindis.
Anglicismos, del inglés: fútbol, espray, líder, campin.
Americanismos, de las lenguas indígenas de América o de algún país americano: tomate, cacahuete o cacahuate, maíz, patata.
Lusismos o lusitanismos, del portugués: mermelada, chubasco, caramelo, ostra.
Catalanismos, del catalán: butifarra, forastero, barraca.
Galleguismos, del gallego: morriña, vieira, botafumeiro.
Vasquismos, del vascuence o euskera: aquelarre, zamarra, chaparro.

Dejo para el final los galicismos, palabras o giros de la lengua francesa que se emplean en otra lengua. Muchos se han adaptado al español, por tanto, lo correcto es usar el término adaptado a nuestro idioma.


Palabras como carné, chalé, bidé, parqué, cabaré, palé, corsé, capó, balé (esta última aún no la recoge el DRAE, pero ya está hispanizada), son galicismos adaptados. Es innecesaria su escritura en francés porque tenemos la palabra española para poder usarla. En su idioma de origen acaban en -t, pero en castellano debemos escribirlas sin ella, y con tilde por ser palabras agudas que terminan en vocal.

Todas las lenguas tienen préstamos de otras: es lo normal, ya que el lenguaje está en continua evolución.

19/11/2011

Los demostrativos ‘este’, ‘ese’, ‘aquel’ se escriben sin tilde

Volvemos con las nuevas normas que trajo la última edición de la Ortografía de la lengua española (2010).

Igual que ocurre con el adverbio solo, desde 1959 la Academia considera correcto no tildar los demostrativos este, ese, aquel, con sus respectivos femeninos y plurales.

El Mundo, noviembre de 2011

Antes poníamos la tilde en estos demostrativos si eran pronombres (cuando no acompañan a ningún sustantivo [nombre]: Espero eso; Hablé con aquellos), para distinguirlos de los determinantes (cuando determinan al sustantivo: Este libro; Aquellos árboles) o adjetivos (cuando aparecen después del sustantivo: El libro este; La caja esa). Ahora ninguno lleva tilde.

¿Por qué se elimina la tilde diacrítica en estos demostrativos? Porque son palabras tónicas: las pronunciamos siempre igual, con la misma elevación del tono, sean determinantes, adjetivos o pronombres.

 El Mundo, noviembre de 2011


El filólogo Cristian Fallas Alvarado, colaborador en la nueva Ortografía y en las versiones de la Nueva Gramática, nos indica que «lo que se plantea actualmente en estas nuevas obras es que ni los determinantes, ni los adjetivos, ni los pronombres demostrativos requieren tilde. Es más: la norma es mucho más sencilla, ya que ningún demostrativo se tilda, independientemente de la categoría gramatical que tenga en cada caso. Nadie tiene que hacer análisis gramatical para saber si debe poner una tilde o no».

Por lo tanto, a los demostrativos este, ese, aquel, les aplicamos la misma norma que al adverbio solo: no debemos escribirlos con tilde, incluso en casos de ambigüedad.

07/11/2011

Antonio Banderas y el diptongo ‘-ui-’

Lo más probable es que Antonio Banderas no se haya percatado de esta tilde incorrecta en *Incluído. Con lo fotogénico que es, el texto desmerece a su lado.

A este hotel, aunque se publicita como el mejor «Todo Incluido» del mundo, parece ser que no le llega el presupuesto para contar con un corrector que elimine esas dos tildes.
  


Para entenderlo mejor, primero hay que aclarar que las vocales pueden ser fuertes (abiertas): a, e, o, o débiles (cerradas): i, u. Fijaos en la forma de vuestra boca al pronunciarlas y veréis qué fácil es distinguirlas.

Un diptongo es un conjunto de dos vocales que forman una sola sílaba, por eso se pronuncia en un solo golpe de voz. Hablamos de diptongo si en él hay al menos una vocal débil.

El problema surge cuando en algunas zonas hispanohablantes, entre ellas España, este diptongo se pronuncia en dos sílabas: in-clu-i-do, lo que hace que erróneamente se coloque la tilde en la segunda vocal. La gramática considera que esta combinación en palabras llanas debe pronunciarse en un solo golpe de voz, por lo que no debe llevar tilde.

Una vez más, echamos mano de la Fundéu por ser un excelente punto de referencia:


El diptongo -ui- no se tilda en los participios de los verbos terminados en -uir (distribuir, distribuido; concluir, concluido, etc.).
El diptongo -ui- se tilda cuando recae en él el acento en palabras esdrújulas (cuídalo, construírsela) o en agudas terminadas en vocal (influí, incluí) o en s (derruís, excluís), pero no en las llanas terminadas en vocal (fluido, jesuita, incluida) o en s (destruidas, imbuidos, recluidos).

Así pues, recordadlo: la combinación -ui- no se acentúa cuando forma parte de palabras llanas (aquellas en las que la intensidad recae sobre la penúltima sílaba).