28/02/2012

Tilde diacrítica: ʻmíʼ y ʻmiʼ

Las reglas generales de acentuación nos dicen que las palabras de una sola sílaba se escriben sin tilde. Sin embargo, existen varios monosílabos que sí llevan tilde para diferenciarlos de otros que tienen una pronunciación y un significado distinto. Es lo que se denomina tilde diacrítica. 

Esta tilde se usa para diferenciar una palabra tónica de otra átona; por ejemplo: (infusión) es tónico y lo pronunciamos con mayor intensidad y te (pronombre) es átono, sin relieve en la pronunciación. No decimos *Té aviso de que no iré, sino Te aviso de que no iré. (Ver La tilde diacrítica en el adverbio 'solo').

En el caso de  (pronombre personal) y mi (posesivo), también hacemos una diferencia en la pronunciación. Así, el que pronunciamos tónico lleva tilde, mientras que el de pronunciación átona se escribe sin ella.

El problema para diferenciarlos surge cuando, erróneamente, se pronuncia el mi posesivo como personal: *Fui a pueblo para cultivar huerto. Puede que este ejemplo os extrañe a muchos, pero en Valladolid y otras provincias castellanas aún es habitual oír el mi posesivo como tónico.


(con tilde) es un pronombre personal que siempre, sin excepciones, lleva delante una preposición:

A mí me contó otra historia; ¡Se arrodilló ante mí para pedirme perdón!; Creo que está harta de mí; Ella murió, pero vive en mí; Ana siente rencor hacia mí; Para mí es una alegría verte; Juan está loco por mí; ¿No puedes vivir sin mí? 

Mi (sin tilde) es un posesivo que siempre lleva por pareja a un sustantivo (nombre). Ojo, porque puede llevar una preposición delante, aunque podemos distinguirlo gracias a que sigue llevando al lado un sustantivo:

El gato de mi hermano es muy cariñoso; Este regalo es para mi amiga; Salgo de fiesta con mi bolso nuevo; Me iré de vacaciones sin mi marido; Mi casa es acogedora; Llévate mi libro; Mi reloj se ha parado.

La nota musical mi también se escribe sin tilde.

Aprovecho para deciros que es incorrecto colocar una tilde en el pronombre personal ti. Este error es muy frecuente porque los pronombres y se escriben con tilde; por eso a algunos se les escapa la tilde en ti. Pero, como lo pronunciamos siempre del mismo modo y no existe otro monosílabo igual, debemos escribirlo sin tilde.

15/02/2012

Los asesores también necesitan un corrector profesional

El mundo de las abreviaturas, siglas, símbolos y acrónimos es tan complejo como apasionante, pero explicarlo aquí creo que sería demasiado extenso y aburrido. No pretendo dar datos innecesarios para el común de los mortales (no así para el común de los correctores), por lo cual, me limitaré a mostraros por qué es incorrecto lo subrayado en este anuncio.


 
Para empezar diré que, desde mi punto de vista, sobran los signos de interrogación en todas las oraciones salvo en la tercera. Hasta donde yo veo, enumeran los servicios que ofrecen, así pues, no tiene sentido que sean oraciones interrogativas.
Comienzo, como siempre, de arriba abajo.

• La abreviatura correcta de Estados Unidos, en español, es EE. UU., con las letras por duplicado porque es una abreviatura en plural, punto después de cada bloque de letras y un espacio de separación entre los bloques duplicados. Las siglas USA (United States of America) corresponden al inglés y no deben usarse en textos en español.

El sabio académico don Manuel Seco señala en su Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española (Espasa) que «si se desea obtener con ella la brevedad necesaria en un titular de prensa, la misma brevedad se consigue con las siglas españolas». 

¿Por qué he subrayado el signo de interrogación de cierre en la segunda y tercera frase? Fijaos bien y veréis que hay un espacio de separación entre la palabra y el signo de cierre (?). Estos signos se escriben junto a la palabra que acompañan, sin espacio de separación alguno.

La palabra etcétera o su abreviatura (etc.) tiene la misma equivalencia que los puntos suspensivos, por lo tanto, la combinación de ambos elementos, además de incorrecta, es redundante.

Como ya hemos visto en otras entradas, es incorrecto separar los números de teléfono con puntos. En cualquier caso, lo correcto es el uso de espacios en blanco.

Rectificación:
La Fúndeu, en respuesta a una consulta que le hice, me contestó que «la costumbre es no emplear los puntos en los números telefónicos».
Lo que consta en mis apuntes es que «conviene no usar el punto para la separación de cifras en los números de teléfono».
Don Manuel Seco, en su Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española (Espasa, 10.ª edición), señala que «no se escribe punto en los números de años, de páginas y de teléfonos».
Otras informaciones fiables apuntan que «no se usa el punto en los años, códigos postales, páginas o números de teléfonos».
Sin embargo, en la nueva Ortografía de la lengua española, de 2010 (pág. 665, apartado «Información adicional»), consta que «los números telefónicos suelen separase en bloques mediante espacios, aunque también es posible utilizar para ello puntos o guiones».

Respeto lo que dice la Ortografía, así que mi obligación es rectificar. No obstante, por criterio personal, no uso el punto para separar los números telefónicos.

Al final de las direcciones electrónicas no se escribe punto. Sin embargo, si la dirección aparece junto con un enunciado escrito seguido, sí debe colocarse el punto final de cierre: Estamos a su entera disposición en nuestras oficinas y en la página web www.elcacoespañolaldia.es.

Es innecesario el anglicismo e-mail. Pensaréis que soy una purista por decir tal cosa, pero no es así. Mi deber es recordaros que tenemos un término en español para usarlo: correo electrónico. ¿Que os parece en comparación muy largo? Bien, pues también podéis usar la abreviatura correo e.

No estoy en contra de los extranjerismos, es solo que me gusta mi idioma, y si existe un término en español para designar algo, mi obligación es darle preferencia.

06/02/2012

Los signos de interrogación y exclamación

En español, los signos de interrogación (¿?) y de exclamación (¡!) son dos; por lo tanto, es obligatorio escribir el de apertura y el de cierre en oraciones interrogativas y exclamativas. Otra cuestión es que en el lenguaje coloquial, donde escribimos informalmente, a veces no se respete esta norma.


Aun imaginando que me llamaréis pesada, repito: es incorrecto colocar solo el signo de cierre.

Desde 1754, nuestro idioma es el único que posee la peculiaridad de colocar los dos signos, ya que, como sabéis, en otras lenguas solo se escribe el signo de cierre. Únicamente es posible colocar uno de los signos, el de cierre, para marcar un enunciado como dudoso (?), sorprendente o irónico (!). En este caso debe ir entre paréntesis:

Esta mañana se levantó enseguida (?) con mucha alegría.
Ha llegado treinta minutos tarde y no se ha disculpado (!).

El Mundo, 5 de febrero de 2012

Si una oración tiene un sentido interrogativo y exclamativo al mismo tiempo, es posible combinar los dos signos: 

¿Crees que no me he dado cuenta! / ¡Crees que no me he dado cuenta?
Aunque la nueva Ortografía prefiere que coloquemos los dos signos a la vez: ¿¡Estás beodo!? / ¡¿Estás beodo?!

Los signos de interrogación y exclamación pueden ir seguidos de cualquier signo de puntuación, excepto del punto, pues ya está incluido en ellos.

Clicar (verbo válido en español) para ampliar la imagen

Veamos unos ejemplos:

¿Sabes qué haremos?: salir antes para evitar el atasco.
¡Qué bien conduces!, ¿quién te enseñó?
¡Suerte!; no se me ocurre decirte otra cosa.
¿Quieres contarme...? Hazlo solo si te apetece.
¿Me dirá la verdad?... No aguanto esta incertidumbre. 


Puesto que los signos de cierre cumplen la función del punto, si escribimos varias preguntas o exclamaciones seguidas, estas se iniciarán con mayúscula:
¿Cómo estás? ¿Salió todo bien? ¿Qué te ha dicho?
¡Ya basta! ¡No me hables así! ¡Déjame en paz!

También podemos escribir dos o tres signos de exclamación cuando queremos manifestar algo muy vivamente, mostrando así más énfasis: ¡¡¡Herejía!!!

No obstante, hay dos excepciones en las que podemos omitir estos signos:

1. En las preguntas retóricas, donde no se pregunta algo realmente, sino que se trata más bien de una afirmación que se hace sin esperar respuesta; por ejemplo: Cómo no te va a doler la cabeza si llevas todo el día viendo la tele. 
2. En los títulos de libros, capítulos o cualquier otra parte de un texto: Por qué los correctores profesionales somos (im)prescindibles.