10/06/2013

La lengua de signos española y las personas sordas

Para Carlos José Ruiz Méndez, in memoriam


Existe un gran desconocimiento en torno al mundo del sordo, quizá porque su discapacidad no es visible.

En primer lugar, se debe dejar claro que las personas sordas no son mudas ni sordomudas, son sordas. El término sordomudo sigue apareciendo en los diferentes medios de comunicación, pero está obsoleto y conviene evitar su uso. Tampoco estaría de más que lo modificaran en los diccionarios y manuales de estilo donde consta. Las formas apropiadas son persona con discapacidad auditiva (según la ONU y la legislación española), persona sorda o, simplemente, sordo. Yo prefiero las dos últimas porque dan menos rodeos semánticos.

El Mundo, 9 de junio de 2013


Que los sordos no puedan comunicarse como los oyentes no les convierte en mudos. Las cuerdas vocales de las personas sordas funcionan, tienen capacidad para hablar y la mayoría aprende a hacerlo con esfuerzo. Sin embargo, no pueden educar su voz como las personas oyentes porque carecen de referente auditivo, es decir, no oyen ni se oyen. Esta falta de audición les dificulta percibir bien el habla y las estructuras lingüísticas. Debemos recordar que aprendemos de oído. 

Tipos de sordera

Según el grado de deficiencia auditiva, existen diferentes tipos de sordera:

Sordera ligera, con una pérdida auditiva de 20 a 40 decibelios.
Moderada, de 40 a 70 decibelios.
Severa, de 70 a 90 decibelios.
Profunda, pérdida de más de 90 decibelios.
Cofosis, pérdida auditiva total.

La pérdida parcial de audición, llamada hipoacusia, no tiene inconvenientes tan importantes como la sordera profunda.

El Mundo, 9 de junio de 2013


Según el momento de adquisición, la sordera puede ser prelocutiva (aparece antes de aprender el lenguaje oral), o poslocutiva (se presenta después de aprender a hablar). La sordera adquirida, que no se manifiesta al nacer y permite oír durante bastante tiempo, tiene menor repercusión que la congénita, presente en el nacimiento.

Un dato interesante es que el aprendizaje de la lengua oral empieza antes de nacer, porque el feto ya es sensible al sonido. Así pues, oír una lengua durante un largo período es fundamental para luego poder utilizarla.

Un idioma diferente

La lengua de signos española (LSE), también llamada lengua de señas, es una lengua cooficial del Estado desde el año 2007. Es un idioma óptimo para los sordos profundos y quienes se relacionan con ellos, ya que la lengua oral no constituye un vehículo de comunicación eficaz para estas personas.

Contrariamente a lo que se piensa, la lengua de signos no es un sistema de comunicación universal y bimodal o solo gestos icónicos en el aire.Tanto su vocabulario como su gramática y estructura son propios y muy diferentes de cualquier otra lengua oral que conozcamos. Esta organización y estas reglas gramaticales son distintas de las que codifican la información en la lengua oral. Por esto, aprender la lengua de signos española significa aprender una nueva lengua, en el más amplio sentido del término.

Tuve dos excelentes profesores de lengua de signos española, de quienes aprendí mucho más que su bella lengua: Amparo Zancajo Antón y Carlos José Ruiz Méndez, coautores de un libro imprescindible de investigaciones sobre la lengua de signos española y la comunidad sorda: La negación en la lengua de signos española (Fundación CNSE, 2005. Con prólogo de Ignacio Bosque Muñoz, catedrático de la Universidad Complutense y miembro de la RAE). 

Desde aquí también os doy las gracias, maestros.

10 comentarios:

  1. Mi padre llevaba muchos años sordos y había que hablarle bastante fuerte para que se enterase, ya que al "aparatejo" nunca se acostumbró. Y aunque ésta enfermedad puede ser hereditaria, en su familia no hubo nadie sordo. Claro era otros tiempos cuando le ocurrió, y no había los medios de ahora, pero creen que se pudo quedar sordo de un baño, o un simple refriado no bien curado.

    Besos Manuela.

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    1. Sí, antaño no había tantos medios para diagnosticar la sordera a los niños.
      No es fácil acostumbrarse al audífono. De hecho, muchas personas sordas no lo llevan por los problemas que les causa.

      Gracias por venir, Rafa.

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  2. Quedo agradecido por la lección, Señora. A riesgo de parecer ignorante, le diré que no había reparado en eso que Vd. menciona sobre la incapacidad de escucharse a sí mismo y las consiguientes dificultades para modular su voz. Efectivamente, el error al tildar a estas personas de "mudas" es importante.

    Reciba un beso.

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    1. Caballero Valaf:

      Aquí todos aprendemos de todos, así que no corre usted ningún riesgo de parecer ignorante.
      Me sigue alegrando que le sirva su visita para aprender algo nuevo.

      Reciba dos besos.

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  3. ...Y yo pensaba que el idioma de los signos era universal...

    Gracias por toda esta información, Manuela.

    Un beso.

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    1. Querida Framboise:

      Esta creencia tuya es bastante común. Es uno de los mitos sobre la lengua de signos. Pero las lenguas de signos son diferentes en cada país, lo mismo que su cultura. Quizá la razón que lleva a pensar que la lengua de signos es universal es que, en apariencia, los sordos de distintas nacionalidades se comunican fácilmente entre ellos. Sin embargo, esto también es un mito, ya que la misma palabra tiene un signo distinto en lengua de signos americana, inglesa o española, por ejemplo. De hecho, el lenguaje de signos americano es mucho más diferente del lenguaje de signos inglés de lo que difieren ambos idiomas en la lengua oral.

      Gracias a ti por volver.

      Besos.

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  4. Conozco a varias personas que se sorprendieron mucho al saber que la lengua de signos es un idioma tal cual, no meras representaciones "mímicas" de las palabras y las ideas, y que por lo tanto no puede ser la misma para todos los países.

    Una entrada estupenda, Manuela, que da una idea general pero muy completa del asunto.

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    1. Muchas gracias, Ángeles.
      Ver a una persona que domina el lenguaje de signos expresarse en esta lengua es muy bello. Cuando lo estudiaba me di cuenta de que cada persona signaba según su carácter: quien en la lengua oral hablaba deprisa, signaba deprisa; quien era más apático, se le "caían" los signos de las manos...
      Dentro de la lengua de signos española, en cada región se signa de forma un poco distinta, igual que sucede con la lengua oral. En tu tierra, Andalucía, le dan otro "aire" distinto al signo.

      Un abrazo.

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  5. Claro, conciso e interesantísimo. Como siempre, Manuela.
    Nos estás acostumbrando a la excelencia, no sé si te das cuenta.

    Un abrazo.

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  6. Querida Vichoff:

    Sagerá... Pero me subes la moral, para qué te voy a engañar.

    Otro abrazo enorme.

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